jueves, 26 de noviembre de 2009

DUDAS

Si tienes alguna duda de los retos de alguna especialidad/competencia o de quien te puede asesorar dejanos tu comentario sobre la especialidad ke necesitas y publicaremos la informacion!!


Cuadro de Honor


FELICIDADES POR TU GRAN DESEMPEÑO

miércoles, 18 de noviembre de 2009

campamento de grupo


El Tepozteco II parte


Bien que la conocían todos sus patrulleros: él tenía la fama en toda la provincia de estar medio chiflado por el Tepozteco. Hubo una época que durante seis meses seguidos, todos los fines de semana, se iba a Meztitla y de ahí se internaba en la montaña para explorar toda la zona: sus veredas, barrancos, cuevas y cañadas.
Conocía todos los pueblos del lugar: Tepoztlán, Santo Domingo, San Juan Tlacotenco, Tlalnepantla. Conocía la historia, costumbres y tradiciones de sus habitantes... así como sus mitos y leyendas.
- Pues bien, lo que les voy a decir ahora, no se lo he contado a ninguna persona -dijo poniéndose muy serio.- Todo mundo fijo su atención en él.- Me imagino que ya saben ustedes que antes de la llegada de los españoles, al valle de Cuernavaca se le conocía como Cuaunáhuac y que éste estaba bajo la dominación de los Aztecas.- Nos vas a contar una historia de terror o a dar una clase de historia -le dijeron todos con cierto tono de fastidio.- No, esperen, lo que yo, les quería decir era lo siguiente: Hace poco se encontró en el Archivo General de la Nación, una carta enviada por el jefe de la guarnición española de Cuernavaca al virrey don Antonio de Mendoza en el año de 1550, en la cual le informaba que los habitantes de la zona del Tepozteco aseguraron haber visto a un indio vestido con un ichcahuipil (saco acolchado de algodón que usaban los Aztecas a manera de armadura), armado con un macahuitl (macana)y un chimalli (escudo), pero sobre todo que llevaba como casco una cabeza de jaguar. De manera que decían que en el Tepozteco existía un guerrero caballero jaguar.- ¿Y qué tenía de raro eso? -preguntó un patrullero-- Que la conquista de esa zona por parte de los españoles fue en 1520, o sea treinta años antes.-Pudo haber sido algún indígena sublevado.- Eso mismo pensé yo, pero posteriormente, hacia al año de 1825, una vez consumada la Independencia, los habitantes de la zona del Tepozteco también aseguraron haber visto a un caballero jaguar en la montaña. Todos comenzaron a comprender- Durante la Revolución también dijeron haber visto uno, se mandó una patrulla de soldados a inspeccionar la zona; pensaron que tal vez serían zapatistas que estaban incursionando en el lugar.- ¿Y encontraron algo? -preguntaron los patrulleros, comenzando a mostrarse cada vez más interesados.- Nunca se supo, la patrulla completa, unos diez hombres, desapareció y nunca se volvió a saber nada de ellos.

Ya nadie se atrevía a quitar, la mirada del guía.- Hace unos tres años, un anciano de Tepoztlán me platicó que hacia 1937 vino al pueblo un matrimonio de arqueólogos americanos. Pensaban explorar el Tepozteco y una tarde se internaron en la montaña. En la noche se escucharon los gritos de la mujer pidiendo ayuda, a la mañana siguiente, una partida de rescate que había salido del pueblo encontró el cadáver del marido en el fondo de un barranco, con el cráneo destrozado. Los de la partida concluyeron que el hombre resbaló, y fue entonces cuando su esposa gritó pidiendo ayuda. Pero ella había desaparecido, la buscaron por toda la montaña... hallándola tres días después.
Caminaba perdida con la ropa hecha jirones y delirando. Cuando la encontraron, comenzó a gritar que un indígena con cabeza de jaguar y armado con una macana los había atacado, matando a su esposo de un brutal golpe en la cabeza y arrojando el cuerpo a la barranca. Ella comenzó a correr montaña adentro aterrorizada, perseguida por ese hombre; estuvo perdida hasta el momento en que la hallaron.

- ¿Y qué fue de esa mujer? -preguntaron todos en coro.- Terminó sus días en un manicomio y hasta el día que murió, siempre aseguró que a su esposo lo había matado un guerrero jaguar.- Por último -dijo el guía- hace dos años, explorando la zona oriente del Tepozteco, encontré una macana Azteca... cerca del lugar donde están las figuras de una luna y un jaguar dibujadas sobre las paredes de la montaña. Con esto concluyó su relato, no fue necesario agregar más. Ahora todos miraban fijamente al suelo sin atreverse a mirar a hacia la oscuridad que los rodeaba, en los ojos de un patrullero se asomaba una lágrima.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Capsula del tiempo

Para que algunos recuerden viejos tiempos!!!
Espero que cooperen con mas fotografias de antaño!

domingo, 8 de noviembre de 2009

cuentos de una noche de campamento 1ra Parte

En vista de que a muchos les gusto el primer cuento, pues aqui tenemos otro, espero que les guste.


EI Tepozteco a través de los siglos, ha sido fuente de inspiración de mitos y leyendas. .. he aquí la historia de una de ellas.La fogata ardía bajo una luna llena y un cielo estrellado, todos los miembros de la patrulla por fin se disponían a descansar. Había sido una caminata pesada, salieron de Meztitla al medio día con la intención de pasar la noche en la inmensidad del Tepozteco, el ascenso fue más difícil de lo que el guía calculó, pero bien sabía él que este campamento de patrulla valdría la pena, pondría a prueba a los pietiernos y serviría para foguear aún más a los otros.Cuando el sol comenzó a ocultarse, ya se habían adentrado varios kilómetros por una de las cañadas principales y el guía decidió buscar un lugar propicio para montar el campamento; fue ya hasta entrada la noche cuando terminaron de instalarse y cenar, hasta ese memento, pudieron sentarse todos alrededor de la fogata y platicar un poco.-

Nosotros nos vamos a quedar a dormir fuera de la tienda, aquí junto a la fogata - le dijeron unos patrulleros al guía.- Nosotros también -dijeron otros- hace mucho que no dormimos fuera.- A poco voy a dormir entonces yo solo en la tienda? - preguntó el guía.- Pues si quieres, porque nosotros dormiremos fuera -le contestaron todos sus patrulleros.Entre estos y otros comentarios estuvieron platicando un rato hasta que por fin uno de ellos dijo:- Bueno, ¿quién empieza con la primera historia de terror?Se había vuelto una tradición, casi sagrada dentro de la patrulla, que en cada campamento, durante la fogata se contaran historias de terror. Más de un pietierno no había podido dormir después de oírlas, asegurando haber visto a uno de los espantosos seres que los narradores de estas historias juran que existen y acechan a todo acampador en la noche. 

Es así como comenzó uno de ellos a contar la historia del Leñador Cortador de Cabezas; después siguió otro con la historia de los Hombres Tiburón, los cuales, advirtió, podrían atacarlos de un memento a otro.Siguieron otras historias, y ya para la media noche, sólo faltaba una por contar; el guía empezó a observar a cada uno de los patrulleros, algunos comenzaban a dormirse, otros acomodaban sus bolsas de dormir junto a la fogata y otros tenían la mirada fija en las luces distantes de la ciudad de Cuernavaca, que se veía sobre el valle como una enorme mancha luminosa y parpadeante; por fin el guía comenzó a hablar:- Creo que ya todos conocen mi afición por el Tepozteco.

Adultos trabajando

Como saben algunos de los adultos del grupo están en el curso de Insignia de Madera, esta es una pequeña probadita de lo que vivieron en el Campamento del curso.







i9mi




domingo, 1 de noviembre de 2009

concurso de ofrendas, ¿Quien ganará?



 Whoopie 




Mowha




Renacimiento



Corsarios




Comité

 Este próximo Sábado 7 de Noviembre conoceremos quien gano en el concurso de ofrendas.


El canto triste de un silbato Parte Final


Sentimos un gran alivio cuando volvimos a escuchar el silbato.

Amanecía y no podíamos sacar a Lalo de ahí. Llevaba 48 horas sepultado sin probar agua ni alimento; las llamadas de auxilio empezaron a hacerse más esporádicas. Todo el grupo se había sumado a la labro de rescate. A cada minuto que pasaba se perdía las esperanzas.

Por último, como anunciando el fin, escuchamos un último silbatazo. No fue un sos como los anteriores sino una llamada de reunión; una despedida con la cual el jefe de tropa convocaba a sus muchachos, con la certeza de nunca más volverlos a reunir. Todos nos estremecimos con aquel sonido fuerte y pronunciado, que poco a poco fue extinguiéndose hasta reinar un silencio sepulcral.

Todavía continuamos la remoción de escombros, pero algo nos decía que ya era inútil. Lo encontraron hasta tres días después con uno de los perros que trajeron los rescatistas franceses.
Hizo un largo intervalo para tomar aire.

Pero Él continúa aquí. Es Lalo quien silba durante las noches, recordándonos lo que pasó. Él es quien hace que todo lo ocurrido durante esos días de septiembre viva dentro de nosotros, desde entonces y por siempre.

Mi primo terminó la historia del silbatazo. Estaba exhausto, pero su rostro se mostraba inexpresivo, quizás porque ya la había contado muchas veces, quizás porque ya no tenía lágrimas para llorar. Tomamos el camino rumbo al departamento.

Todavía escuché una vez más aquel silbato antes de marcharme de los multifamiliares Juárez. Lo oí durante varios segundos: largo-largo-corto-largo-corto-largo-corto-largo-corto. Su sonido me quedó grabado por siempre. Ya no era sólo un silbatazo, era como una especie de canto. Un canto que encierra todo l dolor y tristeza de alguien que sabe que ya nadie acudirá a su llamado, y sin embargo seguirá insistiendo por el resto de los días.

He llegado a regresar a la ciudad de México en algunas ocasiones más. Todavía se deja escuchar aquel silbato. Cada vez que lo oigo no puedo contenerme y me suelto a llorar.

[1987]

Llegamos al final de este relato, el cual tome prestado. No fue casualidad que lo posteará justo hoy.
Un beso y ánimo,

No es más que un hasta luego,
no es más que un breve adios
muy pronto junto al fuego
nos reunirá el Señor


Fuente bibliográfica:
Reyes Fragoso, Arturo
“Cuentos de una noche de campamento”
Edición revisada.
Tercera edición
México D.F. 1999

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