Bien que la conocían todos sus patrulleros: él tenía la fama en toda la provincia de estar medio chiflado por el Tepozteco. Hubo una época que durante seis meses seguidos, todos los fines de semana, se iba a Meztitla y de ahí se internaba en la montaña para explorar toda la zona: sus veredas, barrancos, cuevas y cañadas.
Conocía todos los pueblos del lugar: Tepoztlán, Santo Domingo, San Juan Tlacotenco, Tlalnepantla. Conocía la historia, costumbres y tradiciones de sus habitantes... así como sus mitos y leyendas.
- Pues bien, lo que les voy a decir ahora, no se lo he contado a ninguna persona -dijo poniéndose muy serio.- Todo mundo fijo su atención en él.- Me imagino que ya saben ustedes que antes de la llegada de los españoles, al valle de Cuernavaca se le conocía como Cuaunáhuac y que éste estaba bajo la dominación de los Aztecas.- Nos vas a contar una historia de terror o a dar una clase de historia -le dijeron todos con cierto tono de fastidio.- No, esperen, lo que yo, les quería decir era lo siguiente: Hace poco se encontró en el Archivo General de la Nación, una carta enviada por el jefe de la guarnición española de Cuernavaca al virrey don Antonio de Mendoza en el año de 1550, en la cual le informaba que los habitantes de la zona del Tepozteco aseguraron haber visto a un indio vestido con un ichcahuipil (saco acolchado de algodón que usaban los Aztecas a manera de armadura), armado con un macahuitl (macana)y un chimalli (escudo), pero sobre todo que llevaba como casco una cabeza de jaguar. De manera que decían que en el Tepozteco existía un guerrero caballero jaguar.- ¿Y qué tenía de raro eso? -preguntó un patrullero-- Que la conquista de esa zona por parte de los españoles fue en 1520, o sea treinta años antes.-Pudo haber sido algún indígena sublevado.- Eso mismo pensé yo, pero posteriormente, hacia al año de 1825, una vez consumada la Independencia, los habitantes de la zona del Tepozteco también aseguraron haber visto a un caballero jaguar en la montaña. Todos comenzaron a comprender- Durante la Revolución también dijeron haber visto uno, se mandó una patrulla de soldados a inspeccionar la zona; pensaron que tal vez serían zapatistas que estaban incursionando en el lugar.- ¿Y encontraron algo? -preguntaron los patrulleros, comenzando a mostrarse cada vez más interesados.- Nunca se supo, la patrulla completa, unos diez hombres, desapareció y nunca se volvió a saber nada de ellos.
Conocía todos los pueblos del lugar: Tepoztlán, Santo Domingo, San Juan Tlacotenco, Tlalnepantla. Conocía la historia, costumbres y tradiciones de sus habitantes... así como sus mitos y leyendas.
- Pues bien, lo que les voy a decir ahora, no se lo he contado a ninguna persona -dijo poniéndose muy serio.- Todo mundo fijo su atención en él.- Me imagino que ya saben ustedes que antes de la llegada de los españoles, al valle de Cuernavaca se le conocía como Cuaunáhuac y que éste estaba bajo la dominación de los Aztecas.- Nos vas a contar una historia de terror o a dar una clase de historia -le dijeron todos con cierto tono de fastidio.- No, esperen, lo que yo, les quería decir era lo siguiente: Hace poco se encontró en el Archivo General de la Nación, una carta enviada por el jefe de la guarnición española de Cuernavaca al virrey don Antonio de Mendoza en el año de 1550, en la cual le informaba que los habitantes de la zona del Tepozteco aseguraron haber visto a un indio vestido con un ichcahuipil (saco acolchado de algodón que usaban los Aztecas a manera de armadura), armado con un macahuitl (macana)y un chimalli (escudo), pero sobre todo que llevaba como casco una cabeza de jaguar. De manera que decían que en el Tepozteco existía un guerrero caballero jaguar.- ¿Y qué tenía de raro eso? -preguntó un patrullero-- Que la conquista de esa zona por parte de los españoles fue en 1520, o sea treinta años antes.-Pudo haber sido algún indígena sublevado.- Eso mismo pensé yo, pero posteriormente, hacia al año de 1825, una vez consumada la Independencia, los habitantes de la zona del Tepozteco también aseguraron haber visto a un caballero jaguar en la montaña. Todos comenzaron a comprender- Durante la Revolución también dijeron haber visto uno, se mandó una patrulla de soldados a inspeccionar la zona; pensaron que tal vez serían zapatistas que estaban incursionando en el lugar.- ¿Y encontraron algo? -preguntaron los patrulleros, comenzando a mostrarse cada vez más interesados.- Nunca se supo, la patrulla completa, unos diez hombres, desapareció y nunca se volvió a saber nada de ellos.
Ya nadie se atrevía a quitar, la mirada del guía.- Hace unos tres años, un anciano de Tepoztlán me platicó que hacia 1937 vino al pueblo un matrimonio de arqueólogos americanos. Pensaban explorar el Tepozteco y una tarde se internaron en la montaña. En la noche se escucharon los gritos de la mujer pidiendo ayuda, a la mañana siguiente, una partida de rescate que había salido del pueblo encontró el cadáver del marido en el fondo de un barranco, con el cráneo destrozado. Los de la partida concluyeron que el hombre resbaló, y fue entonces cuando su esposa gritó pidiendo ayuda. Pero ella había desaparecido, la buscaron por toda la montaña... hallándola tres días después.
Caminaba perdida con la ropa hecha jirones y delirando. Cuando la encontraron, comenzó a gritar que un indígena con cabeza de jaguar y armado con una macana los había atacado, matando a su esposo de un brutal golpe en la cabeza y arrojando el cuerpo a la barranca. Ella comenzó a correr montaña adentro aterrorizada, perseguida por ese hombre; estuvo perdida hasta el momento en que la hallaron.
Caminaba perdida con la ropa hecha jirones y delirando. Cuando la encontraron, comenzó a gritar que un indígena con cabeza de jaguar y armado con una macana los había atacado, matando a su esposo de un brutal golpe en la cabeza y arrojando el cuerpo a la barranca. Ella comenzó a correr montaña adentro aterrorizada, perseguida por ese hombre; estuvo perdida hasta el momento en que la hallaron.
- ¿Y qué fue de esa mujer? -preguntaron todos en coro.- Terminó sus días en un manicomio y hasta el día que murió, siempre aseguró que a su esposo lo había matado un guerrero jaguar.- Por último -dijo el guía- hace dos años, explorando la zona oriente del Tepozteco, encontré una macana Azteca... cerca del lugar donde están las figuras de una luna y un jaguar dibujadas sobre las paredes de la montaña. Con esto concluyó su relato, no fue necesario agregar más. Ahora todos miraban fijamente al suelo sin atreverse a mirar a hacia la oscuridad que los rodeaba, en los ojos de un patrullero se asomaba una lágrima.
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