lunes, 14 de diciembre de 2009

Feliz navidad y Prospero año nuevo!

QUE EL AÑO NUEVO NOS TRAIGA NUEVAS AVENTURAS Y QUE SUS SUÑOS SE HAGAN REALIDAD!
ATTE:
GRUPO 5, CE ACATL TOPILTZIN QUETZALCOATL





jueves, 26 de noviembre de 2009

DUDAS

Si tienes alguna duda de los retos de alguna especialidad/competencia o de quien te puede asesorar dejanos tu comentario sobre la especialidad ke necesitas y publicaremos la informacion!!


Cuadro de Honor


FELICIDADES POR TU GRAN DESEMPEÑO

miércoles, 18 de noviembre de 2009

campamento de grupo


El Tepozteco II parte


Bien que la conocían todos sus patrulleros: él tenía la fama en toda la provincia de estar medio chiflado por el Tepozteco. Hubo una época que durante seis meses seguidos, todos los fines de semana, se iba a Meztitla y de ahí se internaba en la montaña para explorar toda la zona: sus veredas, barrancos, cuevas y cañadas.
Conocía todos los pueblos del lugar: Tepoztlán, Santo Domingo, San Juan Tlacotenco, Tlalnepantla. Conocía la historia, costumbres y tradiciones de sus habitantes... así como sus mitos y leyendas.
- Pues bien, lo que les voy a decir ahora, no se lo he contado a ninguna persona -dijo poniéndose muy serio.- Todo mundo fijo su atención en él.- Me imagino que ya saben ustedes que antes de la llegada de los españoles, al valle de Cuernavaca se le conocía como Cuaunáhuac y que éste estaba bajo la dominación de los Aztecas.- Nos vas a contar una historia de terror o a dar una clase de historia -le dijeron todos con cierto tono de fastidio.- No, esperen, lo que yo, les quería decir era lo siguiente: Hace poco se encontró en el Archivo General de la Nación, una carta enviada por el jefe de la guarnición española de Cuernavaca al virrey don Antonio de Mendoza en el año de 1550, en la cual le informaba que los habitantes de la zona del Tepozteco aseguraron haber visto a un indio vestido con un ichcahuipil (saco acolchado de algodón que usaban los Aztecas a manera de armadura), armado con un macahuitl (macana)y un chimalli (escudo), pero sobre todo que llevaba como casco una cabeza de jaguar. De manera que decían que en el Tepozteco existía un guerrero caballero jaguar.- ¿Y qué tenía de raro eso? -preguntó un patrullero-- Que la conquista de esa zona por parte de los españoles fue en 1520, o sea treinta años antes.-Pudo haber sido algún indígena sublevado.- Eso mismo pensé yo, pero posteriormente, hacia al año de 1825, una vez consumada la Independencia, los habitantes de la zona del Tepozteco también aseguraron haber visto a un caballero jaguar en la montaña. Todos comenzaron a comprender- Durante la Revolución también dijeron haber visto uno, se mandó una patrulla de soldados a inspeccionar la zona; pensaron que tal vez serían zapatistas que estaban incursionando en el lugar.- ¿Y encontraron algo? -preguntaron los patrulleros, comenzando a mostrarse cada vez más interesados.- Nunca se supo, la patrulla completa, unos diez hombres, desapareció y nunca se volvió a saber nada de ellos.

Ya nadie se atrevía a quitar, la mirada del guía.- Hace unos tres años, un anciano de Tepoztlán me platicó que hacia 1937 vino al pueblo un matrimonio de arqueólogos americanos. Pensaban explorar el Tepozteco y una tarde se internaron en la montaña. En la noche se escucharon los gritos de la mujer pidiendo ayuda, a la mañana siguiente, una partida de rescate que había salido del pueblo encontró el cadáver del marido en el fondo de un barranco, con el cráneo destrozado. Los de la partida concluyeron que el hombre resbaló, y fue entonces cuando su esposa gritó pidiendo ayuda. Pero ella había desaparecido, la buscaron por toda la montaña... hallándola tres días después.
Caminaba perdida con la ropa hecha jirones y delirando. Cuando la encontraron, comenzó a gritar que un indígena con cabeza de jaguar y armado con una macana los había atacado, matando a su esposo de un brutal golpe en la cabeza y arrojando el cuerpo a la barranca. Ella comenzó a correr montaña adentro aterrorizada, perseguida por ese hombre; estuvo perdida hasta el momento en que la hallaron.

- ¿Y qué fue de esa mujer? -preguntaron todos en coro.- Terminó sus días en un manicomio y hasta el día que murió, siempre aseguró que a su esposo lo había matado un guerrero jaguar.- Por último -dijo el guía- hace dos años, explorando la zona oriente del Tepozteco, encontré una macana Azteca... cerca del lugar donde están las figuras de una luna y un jaguar dibujadas sobre las paredes de la montaña. Con esto concluyó su relato, no fue necesario agregar más. Ahora todos miraban fijamente al suelo sin atreverse a mirar a hacia la oscuridad que los rodeaba, en los ojos de un patrullero se asomaba una lágrima.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Capsula del tiempo

Para que algunos recuerden viejos tiempos!!!
Espero que cooperen con mas fotografias de antaño!

domingo, 8 de noviembre de 2009

cuentos de una noche de campamento 1ra Parte

En vista de que a muchos les gusto el primer cuento, pues aqui tenemos otro, espero que les guste.


EI Tepozteco a través de los siglos, ha sido fuente de inspiración de mitos y leyendas. .. he aquí la historia de una de ellas.La fogata ardía bajo una luna llena y un cielo estrellado, todos los miembros de la patrulla por fin se disponían a descansar. Había sido una caminata pesada, salieron de Meztitla al medio día con la intención de pasar la noche en la inmensidad del Tepozteco, el ascenso fue más difícil de lo que el guía calculó, pero bien sabía él que este campamento de patrulla valdría la pena, pondría a prueba a los pietiernos y serviría para foguear aún más a los otros.Cuando el sol comenzó a ocultarse, ya se habían adentrado varios kilómetros por una de las cañadas principales y el guía decidió buscar un lugar propicio para montar el campamento; fue ya hasta entrada la noche cuando terminaron de instalarse y cenar, hasta ese memento, pudieron sentarse todos alrededor de la fogata y platicar un poco.-

Nosotros nos vamos a quedar a dormir fuera de la tienda, aquí junto a la fogata - le dijeron unos patrulleros al guía.- Nosotros también -dijeron otros- hace mucho que no dormimos fuera.- A poco voy a dormir entonces yo solo en la tienda? - preguntó el guía.- Pues si quieres, porque nosotros dormiremos fuera -le contestaron todos sus patrulleros.Entre estos y otros comentarios estuvieron platicando un rato hasta que por fin uno de ellos dijo:- Bueno, ¿quién empieza con la primera historia de terror?Se había vuelto una tradición, casi sagrada dentro de la patrulla, que en cada campamento, durante la fogata se contaran historias de terror. Más de un pietierno no había podido dormir después de oírlas, asegurando haber visto a uno de los espantosos seres que los narradores de estas historias juran que existen y acechan a todo acampador en la noche. 

Es así como comenzó uno de ellos a contar la historia del Leñador Cortador de Cabezas; después siguió otro con la historia de los Hombres Tiburón, los cuales, advirtió, podrían atacarlos de un memento a otro.Siguieron otras historias, y ya para la media noche, sólo faltaba una por contar; el guía empezó a observar a cada uno de los patrulleros, algunos comenzaban a dormirse, otros acomodaban sus bolsas de dormir junto a la fogata y otros tenían la mirada fija en las luces distantes de la ciudad de Cuernavaca, que se veía sobre el valle como una enorme mancha luminosa y parpadeante; por fin el guía comenzó a hablar:- Creo que ya todos conocen mi afición por el Tepozteco.

Adultos trabajando

Como saben algunos de los adultos del grupo están en el curso de Insignia de Madera, esta es una pequeña probadita de lo que vivieron en el Campamento del curso.







i9mi




domingo, 1 de noviembre de 2009

concurso de ofrendas, ¿Quien ganará?



 Whoopie 




Mowha




Renacimiento



Corsarios




Comité

 Este próximo Sábado 7 de Noviembre conoceremos quien gano en el concurso de ofrendas.


El canto triste de un silbato Parte Final


Sentimos un gran alivio cuando volvimos a escuchar el silbato.

Amanecía y no podíamos sacar a Lalo de ahí. Llevaba 48 horas sepultado sin probar agua ni alimento; las llamadas de auxilio empezaron a hacerse más esporádicas. Todo el grupo se había sumado a la labro de rescate. A cada minuto que pasaba se perdía las esperanzas.

Por último, como anunciando el fin, escuchamos un último silbatazo. No fue un sos como los anteriores sino una llamada de reunión; una despedida con la cual el jefe de tropa convocaba a sus muchachos, con la certeza de nunca más volverlos a reunir. Todos nos estremecimos con aquel sonido fuerte y pronunciado, que poco a poco fue extinguiéndose hasta reinar un silencio sepulcral.

Todavía continuamos la remoción de escombros, pero algo nos decía que ya era inútil. Lo encontraron hasta tres días después con uno de los perros que trajeron los rescatistas franceses.
Hizo un largo intervalo para tomar aire.

Pero Él continúa aquí. Es Lalo quien silba durante las noches, recordándonos lo que pasó. Él es quien hace que todo lo ocurrido durante esos días de septiembre viva dentro de nosotros, desde entonces y por siempre.

Mi primo terminó la historia del silbatazo. Estaba exhausto, pero su rostro se mostraba inexpresivo, quizás porque ya la había contado muchas veces, quizás porque ya no tenía lágrimas para llorar. Tomamos el camino rumbo al departamento.

Todavía escuché una vez más aquel silbato antes de marcharme de los multifamiliares Juárez. Lo oí durante varios segundos: largo-largo-corto-largo-corto-largo-corto-largo-corto. Su sonido me quedó grabado por siempre. Ya no era sólo un silbatazo, era como una especie de canto. Un canto que encierra todo l dolor y tristeza de alguien que sabe que ya nadie acudirá a su llamado, y sin embargo seguirá insistiendo por el resto de los días.

He llegado a regresar a la ciudad de México en algunas ocasiones más. Todavía se deja escuchar aquel silbato. Cada vez que lo oigo no puedo contenerme y me suelto a llorar.

[1987]

Llegamos al final de este relato, el cual tome prestado. No fue casualidad que lo posteará justo hoy.
Un beso y ánimo,

No es más que un hasta luego,
no es más que un breve adios
muy pronto junto al fuego
nos reunirá el Señor


Fuente bibliográfica:
Reyes Fragoso, Arturo
“Cuentos de una noche de campamento”
Edición revisada.
Tercera edición
México D.F. 1999

martes, 27 de octubre de 2009

El canto Triste de un Silpbato Parte III


El temblor nos agarró casi a todos todavía dentro de nuestras casas. Yo estaba en el baño lavándome la boca para irme a la escuela, cuando las cosas comenzaron a caerse de su lugar. El edificio crujía de forma espantosa y mirabas por la ventana cómo el paisaje se retorcía. De pronto se escucharon grandes estruendos; segundos después la tierra volvió a calmarse. Salimos a la calle conde nos dimos cuenta de todo. Frente a nosotros estaban los edificios derrumbados. Construcciones de más de diez pisos reducidos a una montaña de cascajo de solo unos metros de alto. Alcanzábamos a escuchar los gritos de las personas sepultadas abajo. Corrimos para escarbar entre los escombros, pronto se reunió una gran cantidad de personas en las labores de rescate.

Poco a poco llegaron más voluntarios a ayudarnos, luego vino la policía y el ejército. Avanzábamos muy lentamente, teníamos que retirar miles de toneladas de escombros con las manos. Muy pronto tuvimos noticias de toda la ciudad: el Centro Médico también estaba arrasado, igual Tepito, a lo largo de Paseo de la Reforma, el Centro; en toda la colonia Roma había muchos edificios derrumbados. El paisaje que nos rodeaba era desolador.

Las horas corrían y seguíamos removiendo escombros. La velocidad a que lo hacíamos era desesperante. Calculábamos que en el momento del temblor al menos habría en cada edificio quinientas personas. Suspirábamos de alivio y alegría cuando hallábamos alguien vivo; maldecíamos nuestra suerte cuando aparecía un cuerpo inerte. Llegó la noche y a mí me obligaron a descansar. Muchos de nosotros teníamos más de 20 horas trabajando sin parar. El ejército tenia acordonada la zona y ya había traído unas gruías de gran tonelaje al lugar, el cual hervía de gente; incluso muchos scouts vinieron de otras partes de la ciudad y hasta de los estados vecinos.

Pasé la noche en un albergue que instalaron en la escuela de al lado, ya que todos los edificios de la Unidad fueron evacuados. Traté de dormir pero me fue imposible, créeme, es difícil conciliar el sueño cuando sabes que a sólo unos metros la gente se está muriendo. Alcancé a escuchar que otro de los edificios podía derrumbarse en cualquier momento. Así transcurrió la primera noche.

Al día siguiente continuamos trabajando. Fue hacia media mañana cuando lo oímos: eran un SOS con silbato scout que salía entre los escombros. Entonces lo supimos: ¡Era Lalo! Ése era el edifico donde vivía nuestro jefe de tropa. Pese a la confusión, todos pensábamos que había alcanzado a salir rumbo a la universidad donde estudiaba, que estaría ayudando en otro sitio, ¡carajo, que estaría en cualquier otro lado! No ahí dentro. Seguro acaba de encontrar su silbato y ahora lo empleaba para que lo localizáramos. Inmediatamente nos lanzamos a la búsqueda del punto don se escuchaba más cerca aquel sonido y comenzamos a escarbar. Lalo emitía la señal de auxilio a intervalos regulares, pero el sitio donde se encontraba lo obstruían dos lozas de concreto de varias toneladas de peso trajeron un taladro y varios marros, mientras los demás tratábamos de encontrar otro camino para llegar a él. Así transcurrió ese día.

Entonces vino el segundo temblor. Todos los que estábamos en las tareas de rescate salimos disparados a buscar refugio en previsión de que se vinieran abajo los edificios de al lado.

Temíamos por los que estaban todavía atrapados.

El canto triste de un silbato Parte II


-¡Ya vámonos, que casi son las cuatro!- gritó mi primo ese sábado, mientras terminaba de ajustarse esa especie de paleacate al cuello al que llama pañoleta.

-Vas a ver como te gusta esto de los scouts- decía mientras llegábamos al kiosco ubicado al lado de los edificios donde se reunían dentro de la Unidad.

Encontramos a varios muchachos vestidos como él. Yo ya había visto scouts donde vivo, aconstumbran renirse en una escuela con una barda donde tienen pintados varios animales, pero ésta era la primera de sus reuniones a la que asistía.

Mi primo me presentó con sus compañeros, con quienes platiqué unos minutos antes de escuchar otra vez el mismo sonido de la noche anterior; volteé hacia el lugar de donde provenía y vi a un muchaco, algunos años mayor que nosotros, con un silbato en la boca y los brazos en alto con sus puños cerrados.

Al instante los muchachos corrieron hacia donde se encontraba para formarse. Mi primo me jaló de un brazo, gritándome que lo siguiera.

Dos horas después estábamos de nuevo todos platicando junto al kiosco. Después de contarles mis impresiones sobre la junta, les pregunté que si sus reuniones también las hacían entre semana y al caer la noche.
-No, ¿por qué?- preguntaron a su vez, extrañados.
-Es curioso; hace como tres días escuché el silbatazo de reunión allá por las explanadas, donde estaban los edificos que se cayeron.

Al instante, como si hubieran caído una bomba en medio de nosotros, todos callaron. Un silencio sepulcral reinó durante largos e incómodos segundos, hasta que mi primo exclamó bruscamente:
-Vámonos, es tarde y mi mamá nos espera. Les hablo después, muchachos- encaminándose con paso rápido al departamento, conmigo detrás desconcertado.

-¿Qué fue lo que dije?- pregunté todavía, cuando ya estábamos en la recámara.
-¡Olvídalo! ¡No es nada! No quieras averiguarlo- respondió otra vez tajante, al tiempo de voltearse sobre su cama para darme la espalda y dormirse.
No volví a hablar del asunto, pero me quedaron muchas dudas en la cabeza.

Dos semanas después lo acompañaba de regreso de la panadería; ya había oscurecido y atravesábamos las explanadas, cuando el silbato volvió a escucharse.

Vi el rostro de mi primo. Yo sabía que él también lo había oído, y no solo eso, estaba convencido que él ya lo había escuchado antes; sudaba y le temblaba ligeramente el labio inferior, notablemente alterado.

Al llegar al departamento, antes de abrir la puerta me detuvo en el pasillo:
-¡Por favor, no preguntes nada! ¡No lo hagas más difícil para nosotros!- luego metió la llave en la cerradura.

Mientras, las dudas seguían acumulándose en mi cabeza.

A partir de ese momento comencé a notar un cambio en su actitud; el sabía que tenía que darme una explicación al respecto, pero su negación lo atormentaba terriblemente.

Tiempo después, un sábado al regreso de junta, pasamos de nuevo junto a las explanadas. En todo ese tiempo no había vuelto a mencionar el asunto del silbato, cuando éste dejó escucharse claramente una vez más.

El se detuvo y me miró fijamente. Sabía que la situación ya no podía seguir así. Tan sólo dio media vuelta, diciendo:
-Sígueme, vamos a caminar.

Empezamos a recorrer lentamente las jardineras desiertas de la Unidad.

-Debes comprenderme, no es fácil contarlo, mucho menos vivir permanentemente con esto, pero hay que aceptarlo porque está presente y debemos vivir con Él.
Entonces me contó la historia.

domingo, 11 de octubre de 2009

El canto triste de un silbato Parte 1


Con mucho respeto y cariño, para todos aquellos sobrevivientes del temblor del '85 y a los que nos miran desde el cielo, Quizá un poco tarde, pero no por ello menos importante. Gracias a aquellos hermanos scouts que estuvieron a mi lado en ese momento.
      Gracias por dejarme aquel recuerdo de un clan llegando a ayudar a mi familia siendo yo apenas una pequeña Gacela. 
Gracias por enseñarme a servir al prójimo sin pensar en recompensa.


S.L.P.S
V.R. Teresa López V.



El canto triste de un silbato
por Arturo Reyes Fragoso
En medio de una nube de polvo, los edificios B-4
y B-5 de la Unidad Juárez, en la colonia Roma,
se derrumbaron por la acción de 28 cargas de explosivos.

Excélsior, lunes 2 de diciembre, de 1985

El sol declina aquella apacible tarde de domingo. Los pocos autos que circulan por la avenida Cuauhtémoc encienden sus luces, mientras en una acera aledaña la gente sale de la función del cine Estadio. Algunos espectadores encaminan sus pasos a la estación del Metro, otros penetran en los puestos de tacos de los alrededores y sólo unos cuantos, como yo, caminan despreocupadamente entre las jardineras de los edificios, disfrutando del frescor de la inminente noche.

Todavía no termino de familiarizarme con los nombres de las calles: Huatabambo, Mérida, Córdoba. Apenas llegué hace dos días a la casa de mi tía, en los multifamiliares Juárez. Ya me acostumbraré, tengo las siguientes semanas vacacionales para aprenderlos bastante bien.

Después de deambular un rato, llego a donde se encuentran dos grandes explanadas. Algo no cuadra con el paisaje, dominado por las áreas verdes intercaladas entre los edificios de la Unidad y de pronto, bruscamente, estos espacios abiertos sin ninguna construcción, sólo el piso de concreto extendiéndose por cientos de metros cuadrados de superficie.

-Ahí estaban los edificios que se cayeron con el temblor- me dijo mi primo esa noche en el departamento –si te fijas, al centro de la Unidad hay otros claros como ésos. Eran otras construcciones que demolieron con explosivos por lo dañadas que quedaron.

La tarde siguiente estaba de nuevo en las explanadas. Imaginaba cómo debió verse el lugar. Traté de reconstruir en mi mente aquel sitio arrasado por el temblor; había visto las fotos en los periódicos y mi primo ya me había comentado algo al respecto. Creía tener enfrente las montañas de ruinas con la gente encaramada encima, enfrascada en las tareas de rescate de las víctimas atrapadas bajo los escombros.

En ese momento que lo escuché por primera vez.

Era el sonido de un silbato. No era de policía ni tampoco precisamente el de un cartero. Aunque empezaba a oscurecer, busqué con la vista al responsable de emitirlo, sin encontrar a nadie. Tal vez era un velador, pensé, olvidándome del incidente para encaminarme al departamento donde me aguardaban para merendar.

...Continuara...

domingo, 27 de septiembre de 2009

lunes, 21 de septiembre de 2009

Adultos trabajando

3ra Secion del Curso de IM

El animo nunca deca aunque estemos cansado y rakshsa nos demuestra como cantan en la manada





pero no solo saben cantar los Scouters... tambien el comite sabe cantar y con ustedes Rocio!! nuestra secretaria de grupo!!!.... jajaja a ver si adivinan quien es!!!! jejejeje



viernes, 18 de septiembre de 2009

acuapista visto por Vero (corsarios)

Llegó el sábado 5 de septiembre, arribé a las 10am en punto, y como es costumbre casi nadie llegó puntual. Alrededor de las 11am salíamos rumbo al Parque Espejo de los Lirios, donde se llevaría aquella tan esperada aqua-pista de comandos.


Después de unas paradas “técnicas” en busca de diesel, el camión nos dejo en costado de la UNIVERSIDAD MUNICIPAL PUBLICA DE CUAHITITLA IZCALLI, Como buenos muchachos ayudamos a bajar los palos y las mochilas, seguimos caminando en busca del sitio donde pasaríamos la noche,Comenzamos las construcciones, a levantar las tiendas, y a bromear sobre lo que nos esperaba; por falta de material decidimos construir sólo lo necesario, una cerca, una banca y muchos muchos tripies, Mientras el compañero lalo preparaba unos ricos sándwiches. Terminamos de comer y comenzó la plaza de desafíos, aunque no estaba en nuestros planes participar la insistencia del compañero Giovanni nos hizo cambiar de opinión, cabe destacar que antes de salir a la plaza Boss nos dijo –por favor nos e desgasten solo vayan a divertirse-.

Ganamos 6 de 9 actividades, pero al llegar como a la 7 actividad, con unos “caminantes” (que después supimos que eran claneros) los integrantes de la comunidad comenzamos a caer uno por uno. Giovanni sufrió una lesión en el hombro, nada grave, solo mucho dolor, Lalo, sufrió la caída de un gordo encima, Axel comenzaba a sentirse fatigado, yo aún no tenía nada, solo estaba llena de lodo. Recuerdo la actividad que nos destrozo, jalar unas llantas contra 6 “caminantes” unos 3 años más grandes que nosotros y nos 20kilos más pesados. Ganamos, y seguimos adelante, pero está vez sin Axel, me contaron (no estaba cuando paso) lo llevaban cargando a servicios médicos por una hiperventilación que después se volvió crisis asmática.

En una actividad de espalda-lodo, fue cuando me hiperventilé, tengo lagunas mentales de esos momentos, solo recuerdo al jefe de clan Adolfo, quien estuvo en todo momento ahí conmigo, Mientras yacía en una camilla en servicios médicos, vi el rostro de mi jefe afligido por la salud de sus dos muchachos, como lo explico con sabias palabras el jefe de clan Adolfo, Boss parecía señora de hospital del primero de octubre, con su bolsita de plástico y su papel de baño. Tras una tarde de recuperación, llegó el momento de la cena. Que como parte de la tradición fue la mítica pizza-hamburguesa. El domingo llegó y la aqua-pista también, después de unas ricas quesadillas como desayuno comenzamos las actividades.

Cantamos, gritamos, participamos, nos mojamos, nos llenamos de mucho lodo, y culminamos las bases, haciendo 19 bases, 6 de ellas, obligatorias. Llegó la hora de la pipa, y como e s costumbre tratamos de quedar lo más limpios posibles, recogimos el campamento, y llegó al hora de la premiación, aunque debo admitir, no estábamos muy seguros de obtener un lugar, pero llego el momento de la verdad, premiaban a las comunidades de caminantes mixtas, pasó el tercer y segundo lugar, y no nos nombraron, de pronto se oye-primer lugar aqua-pista comunidad de caminantes mixta…….. No dice grupo su carnet- los nervios nos consumían, después se oye provincia Cuauhtémoc patrulla san francisco! Ah, no, SIR FRANCIS DRAKE!!!!!!!!!!- nos miramos sonreímos y tras una caída de el líder de equipo Pepe, pasamos por nuestro premio, y nos dimos que cuenta que todo lo ocurrido anteriormente había valido la pena!


FELICIDADES CHAVOS!!!!!

martes, 15 de septiembre de 2009

Cancionero Scout









LOBO SOY

Lobo soy, por la selva voy,
caminando tras la huella de mi Akela,
el Seeonee tiene para mi
cien misterios a la luz de luna llena.


Es Baloo quien me enseña la ley,
es Bagheera quien me enseña a cazar,
tengo en Kaa una aliada sin igual,
lobo soy, lobo soy.


Lobo, lobo soy,
a cazar la selva invita, a un amigo encontrar,
ayudar a algún hermano, la fogata disfrutar,
Lobo, lobo soy,
y aunque sea un lobo pequeño, lobo soy.


Lobo soy, ya más grande estoy,
ayudando en lo que puedo a mi seisena,
aprendí ya lo que es vivir
y la vida de la tropa ya me espera.


Es Baloo quien me enseña la ley,
es Bagheera quien me enseña a cazar,
tengo en Kaa una aliada sin igual,
lobo soy, lobo soy.


Lobo, lobo soy,
a cazar la selva invita, a un amigo encontrar,
ayudar a algún hermano, la fogata disfrutar,
Lobo, lobo soy,
y aunque sea un lobo más viejo, lobo soy.


Lobo, lobo soy,
a triunfar la vida invita, enseñanzas recordar,
trabajar con alegría, regalar felicidad,
lobo, lobo soy.


Desde chico y para siempre,
desde chico y para siempre,
desde chico y para siempre, lobo soy.

Adultos trabajando

A partir del mes de julio varios de nuestros scouters y dirigentes del grupo comenzaron su Curso de Insignia de Madera, esto nos ayudara a que nuestro grupo sea cada día mejor.

Suerte y a echarle ganas!!!!

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